Estamos trabajando últimamente en el taller «Mujeres Creativas» cómo ha influido el desarrollo de nuestra infancia y juventud en las mujeres que somos ahora. Las mujeres que están acudiendo al taller estos últimos meses tienen alrededor de 30 años.
Hemos vuelto al parvulario y se han introducido en el papel de niñas de dos y cuatro años. Hemos visitado la escuela y jugado en el patio, hecho redacciones en clase y dibujos.
Hemos vuelto a la timidez de los 13 años al sentir y ver ensanchar nuestros cuerpos…..
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Voy a transcribir el poema que escribió una de las mujeres que acude al taller después de haber recitado yo uno de Blas de Otero. Estábamos en el período de los 13 años, plena adolescencia, en que el bullicio hormonal nos vuelve tan sensibles a miradas y comentarios…..
Después de encarnar esa edad caminando por la sala, sintiendo sus cuerpos de 13 años y volviendo a esa edad en movimiento, gesto e indumentaria, dije que quedaran quietas en la sala y después de que yo leyera un soneto amoroso de Blas de Otero, ellas escribieran uno inspiradas del tono y ritmo que escucharan.
Transcribo los dos primeros párrafos del soneto y a continuación el poema escrito por una de las participantes del grupo:
«Cuerpo de la mujer, río de oro
donde, hundidos los brazos, recibimos
un relámpago azul, unos racimos
de luz rasgada en un frondor de oro.
Cuerpo de la mujer o mar de oro
donde, amando las manos, no sabemos
si los senos son olas, si son remos
los brazos, si son alas solas de oro….»
El poema de E. se titula: «No es cómo quisiera»
«Cuerpo que cambia,
cuerpo que no acepto.
Dejas de ser niña,
llega la mujer.
No lo entiendo
no me alcanza
no soy todavía
mi cuerpo se adelanta.
No es cómo quisiera
y eso no me consuela».
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